martes, 5 de julio de 2011

Respira


**Respira-Luis Fonsi**

Historia: Ana Sainz


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A ciegas cruzando entre el miedo y la pena.

Solo de fé, golpeas la pared.

Arañas el mantel,

temblando como un barco de papel.

Escuché como algo se rompía en la planta baja, inmediatamente me levanté de la cama y baje corriendo.

“Ethan, ¿todo bien?”.-Pregunté mientras comenzaba a bajar las escaleras.

Nada. Solo se escuchaban sus pasos apresurados por la sala, y como empujaba los muebles de un lado a otro.

Me apresure un poco más, pero me congelé al llegar al último escalón. La casa era un desorden.

Los papeles estaban tirados sin ton ni son, los muebles volteados, la televisión en el suelo con la pantalla partida en dos, la pequeña mesita que estaba al centro de la sala estaba sin dos de las patas, y toda la decoración, tanto como cuadros, pinturas, fotografías… Todo estaba destrozado en el suelo.

Parpadeé lentamente mientras asimilaba que mi sala estaba destruida, pero ¿dónde estaba el? Escuché más ruidos desde la cocina y me dirigí hacia allá. Caminé de puntitas intentando esquivar los pedazos de vidrios, provenientes de las decoraciones arruinadas.

Llegando a la cocina pude ver que estaba en estado similar a la sala, los estantes estaban vacíos, y los platos estaban rotos en miles de pedazos junto con los vasos y algún que otro cubierto. Mis ojos se llenaron de lágrimas, no por la pérdida material, si no por lo que esto significaba.

Te veo, entiendo que estás bajo cero.

Cerca de ti, me quedo sin hablar.

Te escucho sin juzgar y

trato de ayudarte a respirar.

Lo encontré metido en el refrigerador, mientras con sus manos iba aventando los alimentos que antes estaban dentro. Los arrojaba con velocidad, como buscando algo.

Me quede callada un segundo mientras lo observaba, no era que quisiera que destruyera nuestra casa, pero si hablaba solo me rompería en dos, estas semanas habían sido muy difíciles y me había mantenido fuerte para él, pero cada día se hacía más difícil.

Cuando por fin termino de vaciar el refrigerador, saco su cabeza y se dirigió a la parte de atrás de este, desconecto todo y comenzó a empujar el refrigerador, hasta que logro tirarlo.

Solté un pequeño gritito del ruido tan fuerte que causo la caída, sus ojos automáticamente se encontraron con los míos. Estaban inyectados en sangre, desorbitados y llenos en lágrimas.

Su pelo esta alborotado, que le daba un aspecto un tanto lunático, me acerqué a él lentamente, insegura de su reacción.

Después de unos minutos, estaba a un solo paso de Ethan, él estaba estático, parecía que no respiraba. Tome una respiración profunda y di ese paso, y enrollé mis brazos alrededor de su cuello.

Al principio se quedó como estatua, pero al ver como no me quitaba, enterró su cara en el hueco de mi hombro, y lloró.

Lloró como la había hecho tantas veces durante estas semanas, era como un niño pequeño en lugar de un hombre de 27 años.

Yo sé cuánto cuesta sufrir, descansa mi amor.

Respira, aguanta un segundo y respira.

Cierra los ojos y mira.

Mientras te duela, respira conmigo el dolor.

Lentamente lo ayude a subir al recamara, y lo acosté, me quedé con él hasta que se quedo dormido. Lo observé por lo que pudo haber sido una eternidad, se veía cansado, viejo, agotado… se veía enfermo.

Pasé mis dedos por su cabello café, que antes era sedoso y fuerte, ahora su brillo había quedado perdido, y ahora era débil, tanto que cuando quite mi mano, varias hebras de cabello habían quedado entre mis dedos.

Con mi dedo índice, acaricie cada una de sus delicadas facciones, recordando que él solía hacer eso conmigo cuando no podía dormir.

Otro ataque se avecinaba por lo que abandone la habitación lo más rápido que mis pies me permitían. Sentía la opresión en mi pecho, ese sentimiento que no te deja sonreír y que provoca una sensación de asfixia.

“Deberías de haber ido al doctor ya”.-Dije mientras acomodaba el resto de sus camisas en el cajón superior derecho. “Tienes semanas con ese dolor, ya no es normal”.-Añadí mientras cerraba el cajón.

“Está bien, haré cita para mañana, mamá”.-Contestó en tono sarcástico.

“¿Cómo me llamaste?”.-Cuestioné mientras caminaba hacia él con las manos en la cintura.

“Solo digo que te preocupas casi o más que mi madre”.-Se defendió mientras retrocedía.

“¿Es así? Pues ya no me preocupare por ti, entonces”.-Dije cruzando mis brazos en mi pecho y dándole la espalda.

No había pasado ni tres segundos cuando ya lo tenía colgado a mi espalda, llenando de pequeños besos mi mejilla.

“Me haces cosquillas”.-Dije soltando una risita tonta.

“Me gusta que te preocupes, me haces sentir especial”.-Dijo con un tono de niño pequeño.

“Haz la cita”.-Ordené antes de girarme y darle un dulce beso en los labios.

Es fue nuestra última conversación alegre, al día siguiente había ido con él al médico, porque después iríamos a comer juntos.

Ese fue el momento en el que mi vida comenzó a caer al vacío, y no parecía tener un fondo.

Cáncer.

Ethan tenía cáncer.

Bajé las escaleras y comencé a limpiar la sala, o más bien a tirar todo lo que estaba roto. De los marcos solo sacaba las fotografías, y lo demás lo tiraba en una bolsa negra grande que cargaba en mi mano izquierda. Después me dirigí a la cocina, y duré otro rato limpiándola. Con mucho esfuerzo logré levantar el refrigerador y lo volví a conectar.

Habían pasado tres horas, y él seguía dormido. Era hora de su medicina, de nuevo. Tome una pequeña bandeja y puse un vaso con agua y sus múltiples pastillas, que lo preparaban para la quimioterapia.

Subí las escalera y lo encontré sentado en la cama viendo la televisión, al verme una leve sonrisa cruzo su rostro, una sonrisa en los labios, fue lo único que fue.

“¿Tienes hambre?”.-Pregunté acercándome al costado de la cama.

“En realidad, si tengo”.-Contestó mientras apagaba la televisión.

“¿De qué tienes antojo?”.-Cuestione colocando la bandeja en la pequeña mesita de noche que estaba a su lado.

“Quiero ordenar pizza, tomar refresco y ver toda la tarde películas”.-Anunció mientras sacaba su celular de su bolsillo.-“Bien, podemos ordenar pizza, tomar refresco, y tal vez ver una película, pero no toda la tarde”.-Argumenté recordando que hoy empezaba el tratamiento.

“Cierto”.-Contestó como quien no quiere la cosa.-“Pero para ser honesto, prefiero ver películas con mi hermosa esposa, a que me metan ajugas por mis venas”.-

“¿Cómo puedes preferir eso?”.-Contesté con una leve sonrisa al ver que el estaba de buen humor, pero después tuve que ponerme seria.-“Ethan, amor. Prometiste que lo ibas intentar, aunque sea una vez, quizá la quimioterapia te ayude.

“¿Y si no lo hace?”.-Cuestionó viéndome a los ojos. Miedo, sus ojos no reflejaban otra cosa, solo miedo.

Me quede callada, esa era una posibilidad. Pero teníamos que intentarlo, no nos íbamos a quedar de brazos cruzados mientras veía como esa maldita enfermedad consumía en vida a mi esposo.

“Lo tenemos que intentar”.-Contesté en un murmuro extremadamente callado, la voz casi no salía del nudo enorme en la garganta que se había formado.

Mañana si el juego te sirve otra carta,

una mejor, sé que voy a estar ahí.

Para apostar por tí y celebrar que quieres ser feliz.

Se puede aprender a sufrir, por eso, mi amor.

Su mano rodeaba fuertemente mi mano, sus dedos entrelazados conmigo, antes siempre un signo de amor, ahora un signo de protección. Ethan tenía miedo, y yo estaba ahí para él. Siempre.

El tratamiento se me antojo eterno, durante el proceso podía ver cómo es que se decaía cada vez más, quería volver a ser débil y salir corriendo de ahí, no tener que ver cómo es que se le iba la vida a la persona que más quiero.

Pero esto no era sobre mí, era sobre él. Yo siempre estaré a su lado, para hacer esto mas fácil y nunca, pero nunca dejarlo solo.

Respira, aguanta un segundo y respira.

Cierra los ojos y mira. Muerde la rabia y respira.

La vida, a veces no es justa la vida.

Hoy sólo hay velas caídas.

Mientras te duela, respira conmigo el dolor.

Llora hasta las lágrimas.

Suelta hasta la última.

Baja hasta el fin,

que de allí no pasarás.

No me moveré de aquí.

Yo no dejaré que te ahogues en el mar.

Si aún puedes respirar, respira, respira, respira.

“Te ves mal”.-Dijo mi mamá mientras le daba una mordida a su sándwich.

“¿A qué te refieres?”.-Pregunté fingiendo que no sabía que hablaba de mi aspecto.

“Esta situación te está consumiendo”.-Acusó mirándome fijamente.-“No quiero ver que tu juventud se va mientras tú solo cuidas a tu esposo, ya van tres años”.-Volvió a decir con un leve tono de reproche.

No pude evitar que eso me doliera, solo apoyaba un poco de apoyo de su parte.

“Es mi esposo mamá, tengo que hacerlo”.-Respondí evitando mirarla.

“He ahí, no tienes porque… El tiene a su familia, tu eres joven y tienes toda una vida por adelante, no tienes porque atarte a este hombre”.-Dijo desesperadamente. En otra situación me hubiera enfurecido, pero estaba cansada.

“Tienes razón, no tengo porque… Pero quiero hacerlo”.-Contesté simplemente levantando la mirada.-“No lo voy a dejar solo, no me importa si esto me toma cincuenta años, y en esos años lo único que tenga que hacer es cuidarlo… La haría y con gusto, lo necesito, probablemente más de lo que yo lo necesito a él.”.-La miré fijamente y vi su cara atónita, le sonreí levemente.-“Tengo que irme mamá, no puedo dejarlo mucho tiempo; entiendo que estés preocupada, no tienes porque”.-Dije antes de darle un beso en la mejilla y salir de la cafetería.

Llegué a la casa y lo encontré viendo la televisión en la sala-recamara, le di un suave beso en sus ojos y me dirigí a la cocina.

Ethan ya no podía hablar, la quimioterapia no había servido, su organismo no reaccionaba. Los doctores no le daban más de un año de vida, no me gustaba pensar en eso, la fe nunca la perdía, no me iba a dar por vencida hasta que ya no hubiera nada más que hacer.

Vacié la sopa en un plato de plástico, la enfrié un poco y me la llevé para darle de comer. Cada vez se hacía más complicado para el comer, y aun más doloroso, aun así lo intentaba.

“Listo”.-Dije al ver que ya no quedaba nada en el plato.

Me iba a parar a lavar el plato, pero sentí una pequeña presión en mi mano, al girarme para ver que era, vi que su mano tenía envuelta a la mía.

Lo miré a los ojos, me estaba hablando.

“Lo sé”.-Contesté intentando no llorar.-“Yo también te amo”.-Lo bese tiernamente e hice mi mayor esfuerzo por mantenerme integra.

Me quede otro rato a su lado abrazada a él, sentí su mirada en mi cabeza por lo que levante la mirada. Ya no había miedo, por primera vez en tres años sus ojos demostraban otro sentimiento.

Ahora había preocupación.

Inmediatamente entendí el porqué se debía su preocupación, por mí.

“Amor”.-Dije acariciando su suave cabello.-“No te preocupes por mi, yo soy la que se preocupa ¿recuerdas?”.-Intenté sonreír pero solo logre que las lagrimas comenzaran a salir de mis ojos.-“Yo estaré bien, siempre lo estaré, solo por saber que tuve el privilegio de haber compartido mi vida contigo, por haberte amado, y por haber sido amada por ti.”

Sus ojos estaban llenos de lagrimas, pero el limpió las mías. Me acarició cada una de mis facciones, intentando memorizarlas. Mi labio inferior temblaba un poco intentando controlar el llanto que quería saber.

Sentí sus sedosos labios posarse sobre los míos, era un beso lento pero firme. Tal y como nuestro primer beso, no importaba cuanto tiempo fuéramos a estar separados. Este momento éramos el y yo, y el resto de mi vida la viviría por él.

Más adentrada la noche, hacía más de dos horas que los médicos me habían dicho lo esperado, estaba vagando por la casa. Ahora era más grande, tan vacía.

Entre a su despacho, aun tenía su olor, necesitaba sentirlo de alguna manera, inventarme que el aun estaba aquí.

Abrí uno de sus cajones superiores y me encontré una pequeña notita. Rompí en llanto al ver las palabras que estaban escritas.

Respira aguanta un segundo y respira.

Cierra los ojos y mira.

Muerde la rabia y respira.

La vida, a veces no es justa la vida.

Hoy solo hay velas caídas.

Mientras te duela respira conmigo el dolor. Respira....

4 comentarios:

  1. Lloro U.U!!!!! que bonitooo!! me encanto :D Felicidadeees!

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  2. Oh my God!!! te felicito Preciosa, me hiciste llorar. Nunca dejes de escribir de esa manera... Gracias por compartirlo.

    Te quiero mucho!!!
    Bellukis

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  3. Fue hermoso Anne me encanto de verdad lindisimo
    *-* sigue escribiendo asi :D

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  4. Waaaaa Annie no inventes, te quedó padrisimo! Me gustó mucho y si, muy triste u__u (ya t imaginaras xq) pero .. woow! muy bn todo! Cosii! xD

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